Origen de la vivienda social
Todos los expertos coinciden en señalar que el fenómeno de la vivienda social tanto en el presente como en el pasado debe abordarse desde múltiples perspectivas: económica, política, social, arquitectónica y hasta estética. La progresiva industrialización de España en la primera mitad del siglo XX y la aparición de nuevas fábricas como centros productivos y de trabajo provocó el traslado de una inmensa masa de población emigrante del campo a las ciudades. Las primeras y urgentes necesidades de alojamiento provocaron las primeras búsquedas de soluciones por parte de los afectados: los escasos sueldos y las elevadas rentas que comenzaron a demandarse por los alquileres crearon los primeros problemas de hacinamiento con los consiguientes riesgos sanitarios. A comienzos del siglo XX surgió el denominado "reformismo social" como un camino para hallar soluciones a esta nueva situación social en las ciudades. La situación de las familias obreras comienza a ser objeto de debate, y en el seno de ese análisis surgen propuestas como la intervención de los poderes públicos en la financiación de estas viviendas y el diseño de casas sencillas y económicas por parte de los arquitectos.

Tradicional corrala de vecinos
Las tendencias reformistas se vieron frenadas en la década de los 30 del siglo XX en lo que a vivienda social se refiere. Las administraciones, movidas por la crisis económica a nivel internacional, decidieron central sus esfuerzos en las grandes infraestructuras. Como es posible imaginar, la situación no cambió demasiado inmediatamente después de la guerra civil. Desde entonces hasta ahora un largo camino se ha recorrido en el ámbito de la vivienda social, que incluso en su aspecto físico ha vivido una revolución estética en los últimos años.
